Las elecciones presidenciales tuvieron lugar en tiempo y forma y más allá de la victoria de la candidata oficial a la presidencia, la obtención de mayoría calificada en ambas cámaras del congreso de la alianza gobernante fue un suceso que los mercados no habían descontado, la consecuencia más destacada fue la pérdida del estatus de “superpeso” de la moneda mexicana que ahora se cotiza en niveles por arriba de los $18.00 pesos por dólar.

Después de un primer trimestre decepcionante por el bajo crecimiento del PIB, en los meses de abril y mayo se observa una aparente mejoría, con crecimientos de la actividad económica de 2.12% y 2.01% respectivamente. Si bien son registros poco llamativos, se sitúan en el nuevo rango de las expectativas del Banco Mundial, organismo que anunció un préstamo para México, con un valor de mil millones de dólares, con el propósito de volver más sustentable el fenómeno de nearshoring.

El resto de la economía se mantiene estable, varias de las variables notables incluyen:

• Una disminución de 25,203 empleos formales en mayo, la mayor reducción (excluyendo los meses de diciembre) desde el inicio de la pandemia en 2020.

• Los CETES se sitúan en un nivel de 11.05% en el mes de junio, superando la tasa de referencia de Banxico.

• En lo que va del año la Secretaría de Economía registró 127 anuncios de inversión que significan 39,157 millones de dólares y podrían generar 51,958 nuevos empleos, en los próximos dos a tres años.

A continuación, exponemos el comportamiento de los indicadores económicos y los factores de influencia.